Te he contado cosas que ni siquiera has escuchado.
Canciones sin guitarras y orgasmos sin gemidos.
Soles que bajan sin encontrar su aurora ni su montaña rezagada.
Y no tenías por qué escucharlas
al estar tan cerca de cerca de mí
Me pongo a leer un libro,
a mirar una tienda de periódicos o a revisar cualquier mujer con la pupila dilatada.
No hace falta que te lo cuente,
que me agarre a una liana como un Tarzán gritón y forzudo,
como la apariencia patinada de los que se creen elegidos en una baile sin vals ni máscaras venecianas,
sin rock and roll con whisky de gamuza azul.
Sin adivinar: ellos no saben mirar a susurros.
Tan cerca de cerca de mí,
nunca te alejas aunque te vayas,
aunque los ojos de la distancia se achinen y no vean más allá,
tan allá y tan profundos que no agarren tu mirada,
tu aliento o tu costilla, tan cerca de cerca de mí.